lunes, 20 de agosto de 2012

¿QUE QUIERES SER DE MAYOR?


La pregunta que da título a este post, a quedado casi relegada a un aspecto puramente romántico, ya que la inmensa mayoría de los niños acaban seleccionando opciones de "ganarse la vida" bastante diferentes a las que se plantearon cuando tenían 9 años, la mayoría condicionadas por las sucesivas calificaciones que les iba dando el sistema a modo de "feedback" de sus capacidades cognitivas.

Desde que  nuestros antepasados descubrieron que rompiendo una piedra obtenía un objeto cortante el cual les serviría para producir otros utensilios, que  a su vez potenciaban sus capacidades, el conocimiento ha sido  prácticamente una obsesión para  el ser humano, tanto ha sido esta obsesión por perpetuar el conocimiento que hemos creado un sistema llamado la educación  formal que transmite estos conocimientos de generación en generación.



Pero, ¿hasta qué punto sigue siendo necesario este sistema de perpetuación del conocimiento?  Imponiendo sistemas memorísticos para evaluar cuanto ha sido capaz de memorizar  el “alumno/a”  y en consecuencia llegar a conclusiones tipo  capacidad de esfuerzo, concentración o peor aún  valoración de la inteligencia computacional (Jose Antonio Marina) que valora nuestras capacidades de absorción, asimilación y procesamiento de datos.



¿Qué nos diferenciará de las máquinas cuando la inteligencia artificial evolucione y sea un hecho?

Los humanos tenemos un extra de serie,los sentimientos, ¿Qué asignatura enseña el conocimiento y  gestión de este activo tan valioso?


Creo que el sistema educativo actual ha evolucionado y lo sigue haciendo, pero lo que no tengo del todo claro es si el conjunto de elementos de evaluación que hay alrededor de un niño/a durante toda su primera etapa es capaz de comprender que cada uno es único e irrepetible, por lo que me pregunto, ¿un sistema educativo tan robusto, estandarizado y obligatorio, es capaz de amoldarse a la particular capacidad de percepción/aprendizaje de cada uno de sus componentes? y a partir de ahí elaborar un sistema de aprendizaje a medida cuidando y potenciando su autoestima y dirigiéndolo a disciplinas en las que se sienta cómodo/a de forma que al llegar a su madurez se realice aportando a la sociedad su granito de arena con su trabajo.


Es  fácil criticar sin aportar soluciones  por lo que la crítica se convierte en mezquina, pero lo que sí creo es  que ha llegado el momento de introducir  nuevos debates sobre los objetivos de la actual enseñanza. El problema es saber a quién corresponde realizar estas reflexiones de tipo filosófico y moral para que luego el actual sistema introduzca los cambios paulatinos a diferentes niveles empezando por la formación de nuevos docentes, y acabando por la creación de escuelas también obligatorias para  los más interesados, los padres.

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