En el anterior Post comentábamos la parte positiva que tenía
para nuestros hijos el enfrentarse a determinado conflictos los cuales les
dotarían entre otras cosas de seguridad y sensación de control si son capaces
de gestionar este tipo de situaciones, lamentablemente los conflictos se irán repitiendo a lo largo
de su camino hacia la madurez.
En este post quisiera tratar el conflicto desde el punto
de vista del adulto / educador. Nosotros en ocasiones somos participes del
conflicto en primera persona y rápidamente nos posicionamos en el lado que
consideramos más justo, si se trata de hermanos, o claramente del lado de
nuestro hijo si el que tiene enfrente es un completo desconocido, NORMAL .
Paremos a pensar aquí y ahora, tranquilos sin el conflicto
delante sin estar cargados de energía negativa
por lo que está sucediendo, sin Visceralidad, ¿realmente crees que es un mensaje
positivo a largo plazo dejar entre ver que el “contrario” es una especie de
enemigo? ¿No crees que es mejor centrarnos en el interés común por un objeto o
por cualquier otro motivo, y esto les convierte en iguales?, está claro que el
concepto de propiedad todavía no está establecido, y aún siendo adultos en
ocasiones se desea lo que tienen otros.
Bueno, vamos a ver un par de posibles opciones de mediación
que podemos utilizar y que aunque a priori no sean ventajosas para nuestro
peque a lo largo si lo serán.
A partir de 4 años los niños/as están en pleno proceso de
desarrollo de autonomía personal, cuando ellos demandan la intervención de un
adulto como regulador del conflicto debemos invitarles a que hablen, por
ejemplo haciendo preguntas del tipo;” dile que porque te ha hecho eso o te ha
cogido esto otro, dile si te ha empujado
a posta o no se dio cuenta, dile que tu también quieres jugar con eso……” aunque
no consigamos nada en un principio les estamos mostrando que es necesario
hablar con la otra parte y dejar claro lo que nos ha molestado o cuáles son
nuestros propósitos dejando una puerta abierta a la solución.
Por otro lado el adulto no debe intervenir directamente sólo
mostrar y reorientar la situación, ya que durante esta etapa del conflicto estamos
presenciando algo muy importante y es la
autonomía del pensamiento, de esta forma más vale un razonamiento equivocado
que ninguno o aún peor el impuesto por otra persona.
Conclusión, es preferible permanecer callado aunque se
conozcan soluciones mejores, ya buscaremos otro momento para “entrenar”
soluciones mejores de conflictos a través de cuentos o debates de situaciones
donde se propongan estrategias…. Etc.
Por último debemos dejar que la solución acordada nos la
cuenten ellos de esa forma se sentirán orgullosos de su decisión y no sentirán
que un tercero les ha manipulado.
Estos procesos llevan ligados otros, como las capacidades
comunicativas y la adquisición de autocontrol. Y los resultados son muy
positivos ya que se adquiere mayor razonamiento moral, mejor integración en
grupo, desarrollo de autoestima y autoafirmación, desarrollo lingüístico y en
definitiva contribuye al desarrollo de autonomía general.
¿Que te parece la idea de promover la resolución de conflictos por sus propios medios?,¿cual es tu experiencia?,¿que formula empleas?
Gracias por contárnoslo.
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